Una autoescuela diferente

Cuando Jesús y María me llamaron para contarme que se embarcaban en la creación de una nueva autoescuela en Alcantarilla, me alegró saber que aún queda gente con la valentía suficiente para emprender en el momento en el que estamos. Tenían el proyecto pero no tenían ni el nombre ni el estilo. Su premisa era «queremos que se nos vea». Y desde ahí comencé hasta llegar a la conclusión de que el coche debía ser su mayor reclamo en la calle. Tenía que verse. Por eso se me ocurrió la idea de personificarlo a través del uso de complementos propios de un hombre: un gorro y un bigote. Esa era mi idea de partida, le íbamos a colocar ambas cosas al coche real. De ahí llegué al logotipo final y al nombre. Si el coche tenía la personalidad propia de un Míster, qué mejor apellido que Drive. Así nació Autoescuela Mister Drive.

Sabiendo que era una apuesta algo arriesgada pero muy distinta al resto de competidores, los clientes quedaron encantados con  la propuesta y de ese comienzo surgió todo lo demás. Además del naming, identidad corporativa y otras piezas de comunicación, les hice una propuesta de diseño del interior de la autoescuela (pintura, señalética, vinilos…) que siguieron a pies juntillas sin poner ni un «pero»  y cuando el cliente confía en el profesional, el resultado es excelente.